La importancia de un "te quiero"

Mirando el pasado, me doy cuenta de que a veces no decimos dos palabras tan simples como "te quiero". Tal vez por vergüenza, porque creemos que con nuestros actos parece que ya lo estemos demostrando pero hay veces que te reconfortan mucho oírlas decir.

En mi familia, con mis padres nunca nos hemos dicho palabras cariñosas, en cambio ahora que ya he crecido soy consciente de que en cada sonrisa, o cuando estaban conmigo por la noche si tenía miedo, estando a mi lado en todos los momentos importantes de mi vida, con esos detalles que parecen rutinarios me demostraban su amor. Un amor silencioso, de los que no hacen falta las palabras.

Leí hace algún tiempo el libro "El regalo" de Eloy Moreno en el que se me quedó grabado un párrafo que siempre tengo muy presente desde entonces:

"Y de pronto, mi madre me cogió y me abrazó.
- Te quiero-me dijo al oído.-Yo también- le contesté, pero noté como le cambiaba el rostro...- ¡ No, no!-me recriminó-. Yo también no es un te quiero, no lo olvides, no lo olvides nunca.- Te quiero, mamá. ¡Te quiero! ¡Te quiero!- le grité Te quiero, quizá las dos palabras más complicadas de decir a un padre, quizá las dos palabras más complicadas de decir a un hijo."

Ya bien sea por vergüenza o por creer que ya no hace falta decirlo no tienen que desaparecer estas muestras de amor porque a parte de demostrarlo con nuestras acciones de cada día también necesitamos demostrarlo con palabras y con abrazos.


"Quiero volver a verte, y despejar las dudas que me quedan, no se si te abracé lo suficiente" así dice la letra de una canción y resume lo que siento. Nuestro beso de despedida no fue bastante para mi. Necesito abrazarte, cogerte de la mano y que me mires como lo hacías a pesar de que no sabías quien era.

Te quiero.

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